Las Perseidas, la lluvia de meteoros más popular, llegará este fin de semana con buenas perspectivas. La Luna estará en fase menguante, y su luz no supondrá una molestia. Aconsejan mirar al cielo, en un lugar lo más oscuro posible y sin obstáculos a la vista, en las primeras horas de las noches del sábado y del domingo.
Las Perseidas o "Lágrimas de San Lorenzo" se producen cuando la Tierra, en su camino, atraviesa la cola del cometa Swift-Tuttle, que sigue su propia trayectoria. Las diminutas partículas de polvo del rastro del cometa se queman por la fricción de la atmósfera y producen los meteoros o estrellas fugaces en el cielo. Los destellos parecen llegar de la constelación de Perseo, de ahí su nombre.
El mejor momento para disfrutar del fenómeno es en torno a la medianoche, tanto del sábado como del domingo, entre las 22.00 horas y las dos o las tres de la madrugada. Lo más recomendable para la observación es elegir un lugar alto, una meseta o un monte, alejado de las luces de las ciudades, para evitar la contaminación lumínica, y sin obstáculos visuales que impidan ver el horizonte, como árboles o edificios altos. No hacen falta binoculares ni ningún instrumento de observación. Lo único necesario son la paciencia y las ganas de mirar al cielo. Mejor al Nordeste, punto de donde parecen provenir, aunque las Perseidas pueden verse en cualquier parte del cielo.
Las Perseidas o "Lágrimas de San Lorenzo" se producen cuando la Tierra, en su camino, atraviesa la cola del cometa Swift-Tuttle, que sigue su propia trayectoria. Las diminutas partículas de polvo del rastro del cometa se queman por la fricción de la atmósfera y producen los meteoros o estrellas fugaces en el cielo. Los destellos parecen llegar de la constelación de Perseo, de ahí su nombre.
El mejor momento para disfrutar del fenómeno es en torno a la medianoche, tanto del sábado como del domingo, entre las 22.00 horas y las dos o las tres de la madrugada. Lo más recomendable para la observación es elegir un lugar alto, una meseta o un monte, alejado de las luces de las ciudades, para evitar la contaminación lumínica, y sin obstáculos visuales que impidan ver el horizonte, como árboles o edificios altos. No hacen falta binoculares ni ningún instrumento de observación. Lo único necesario son la paciencia y las ganas de mirar al cielo. Mejor al Nordeste, punto de donde parecen provenir, aunque las Perseidas pueden verse en cualquier parte del cielo.
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