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jueves, enero 10, 2013

¿Por qué se nos arrugan las manos bajo el agua?

De todos es sabido que cuando pasamos mucho tiempo con las manos en el agua los dedos y las palmas de las manos y los pies se nos arrugan, pero hasta ahora no se sabía el motivo por el que ocurría esto. Investigadores de la Universidad de Newcastle han llegado a la conclusión de el motivo por el que se produce este efecto es para mejorar nuestro agarre de objetos mojados o que se encuentran bajo el agua, de la misma forma que un neumático con surcos se aferra mejor a la carretera.

Anteriormente se creía que las arrugas en manos y pies mojados eran el resultado del paso del agua por la capa externa de la piel, haciendo que se hinche, pero la formación de estas arrugas es en realidad un proceso activo y
debe tener una función importante. El arrugamiento distintivo está causado por la constricción de los vasos sanguíneos debajo de la piel, controlada por el sistema nervioso autónomo.

En el estudio, publicado en la revista Biology Letters, se pidió a voluntarios que recogieran canicas de diferentes tamaños con las manos normales o con los dedos arrugados después de haber permanecido en agua caliente durante 30 minutos. Eran más rápidos con las canicas mojadas si sus dedos estaban arrugados. Sin embargo, los dedos arrugados no suponen ninguna diferencia a la hora de mover objetos secos. Esto sugiere que las arrugas en los dedos de manos y pies tienen la función de mejorar nuestro control sobre los objetos bajo el agua.

"Hemos demostrado que los dedos arrugados dan un mejor agarre en mojado, lo que podría funcionar como las huellas de los neumáticos, que permiten que más parte de la rueda esté en contacto con el firme y se realice un mejor agarre", explica Tom Smulders, autor de la investigación.

A su juicio, en un tiempo remoto, las arrugas en los dedos pudieron favorecer a nuestros antepasados para recolectar alimentos en una vegetación húmeda o en arroyos. "El efecto en los dedos de los pies también supondría una ventaja, ya que pudo permitirles caminar mejor bajo la lluvia".

Esto plantea la pregunta de por qué no tenemos los dedos permanentemente arrugados. "Nuestros pensamientos iniciales son que podría disminuir la sensibilidad en los dedos o aumentar el riesgo de daños cogiendo objetos", apunta Smulders, que no descarta nuevos estudios al respecto.

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