En vista del grave problema que supone la falta de alimento a medida que crece la población mundial, científicos de la Universidad de Maastricht, dirigidos por el profesor Mark Post, han desarrollado una técnica que permite crear piezas de carne actas para el consumo a partir de células del tejido muscular de la vaca.
La hamburguesa, que aún tiene algunos aspectos que mejorar, fue presentada en un restaurante de Londres, donde el famoso chef Richard McGowan la preparó para los críticos culinarios Hanni Ruetzler (Viena) y Josh Schonwald (Chicago).
“Su sabor es bastante intenso y está realmente cerca de la carne, pero no es tan jugosa”, fue el veredicto de Ruetzler.
Schonwald comentó: “desearía que fuera más grasosa, es demasiado magra. El bocado tiene la sensación de una hamburguesa, pero su sabor es claramente distinto”.
“En el futuro cercano, tanto la carne como los cereales se convertirán probablemente en productos de lujo, debido a la creciente demanda de cultivos para alimentar al ganado y producir carne”, predice Post. Este método para crear carne reduce notablemente el impacto en el medio ambiente: 45% menos de gasto energético; 96% menos de emisiones de gases (la digestión del ganado vacuno produce metano, gas cuyo efecto invernadero es 21 veces más poderoso que el del dióxido de carbono); y 99% menos de superficie para ser cultivada.
“La carne cultivada en laboratorio es probablemente una opción más sostenible, que cambiará para siempre nuestra forma de comer, y de pensar sobre lo que comemos”, remarca Post.
El proyecto ha sido patrocinado por Sergey Brin, co-fundador de Google, con un coste total de 250.000 dólares. Post confía en que cuando su nueva fórmula de carne se produzca a un nivel industrial, los costos se abaratarán radicalmente.
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